Hay fiestas que nacen del corazón de un pueblo, de sus costumbres, de sus sabores más íntimos. En General Rodríguez, esa fiesta tiene nombre propio: la Fiesta Municipal de la Empanada Rodriguense, que este año celebra su tercera edición y ya se ha ganado un lugar en el calendario de las celebraciones bonaerenses que saben y huelen a casa.
Del 15 al 17 de agosto, el Predio Estación Cultural se llenará de aromas tentadores, música en vivo, ferias, y sobre todo, empanadas. Muchas empanadas. De todos los sabores, pero con una misma raíz: la de una receta transmitida de generación en generación, hecha con manos vecinas y orgullo local. Porque la empanada, en Rodríguez, no es sólo comida: es patrimonio cultural, es símbolo de identidad y es también una forma de ganarse la vida con dignidad.
La fiesta nació en 2022, impulsada por la Turismo local, y desde entonces no ha dejado de crecer. Cada nueva edición reafirma ese lazo entre gastronomía y comunidad. Y es justamente ahí donde se destaca uno de sus momentos más esperados: el Concurso de la Empanada Rodriguense, ideado por Maíra Cuello, bicampeona nacional del famoso festival de Famaillá, en Tucumán.
En la primera edición, fue Mariana Tula quien se llevó el primer lugar con una receta que fusiona campo e industria: empanadas de bondiola ahumada, cocidas al horno, con ingredientes ciento por ciento regionales. “Mi idea era hacer algo original, que nos represente. Por eso usé solo productos locales y no las freí, para no perder el sabor auténtico”, contó entonces. Este año vuelve a participar, decidida a defender su título. Y no es poca cosa: su empanada ya se vende en el local “Empanadas de 10”, en Saavedra y 2 de Abril.
El certamen es abierto y gratuito para mayores de 18 años, y el jurado está compuesto por chefs, críticos gastronómicos, representantes de instituciones y conocedores del turismo local. La cocción al horno, el sabor, el repulgue y hasta el conocimiento sobre General Rodríguez serán parte de los criterios de evaluación.
Pero la fiesta es mucho más que un concurso. Durante los tres días habrá clases magistrales, espectáculos en vivo, feria de artesanos y emprendedores, espacios para chicos y promoción turística. Es una oportunidad para recorrer el partido, saborear su cocina, y descubrir que en una empanada también caben la historia, el esfuerzo y los afectos de un pueblo.
“La Fiesta de la Empanada Rodriguense es un claro ejemplo de cómo la gastronomía puede ser un motor para el desarrollo local y un punto de encuentro para la comunidad”, aseguró Pablo Fernández, director de Turismo municipal. Y no exagera: el evento crece en participación y visibilidad, y demuestra que cuando se celebra lo propio, todos tienen un lugar en la mesa.
Las tres fiestas podrían parecer distintas, pero en el fondo dicen lo mismo: celebrar lo propio, reunir a la gente, parar un poco el mundo para brindar por lo que tenemos cerca.
Son celebraciones sin estrellas internacionales, sin merchandising oficial, sin sponsors que tapan la vista. Pero tienen algo más valioso: comunidad. Tienen chicos corriendo entre los puestos, grupos de amigas bailando sin vergüenza, abuelos que se emocionan cuando prueban un sabor que les recuerda su infancia. Tienen trabajo colectivo. Y tienen, sobre todo, identidad.
Y quizás, al final del día, no recordemos qué empanada nos gustó más o qué chorizo era más picante. Pero seguro vamos a recordar esa sensación de pertenecer, aunque sea por unas horas, a una comunidad que celebra cocinando en una Provincia Bonita Argentina.