Tras conocerse las ganadoras locales que pasaron a la instancia nacional del Premio Mujer Emprendedora, las casarenses Valeria Terazzolo, de Abuela Irma, en Liderazgo Empresarial y, Pamela Cárdenas, de Elito Bolis Gourmet, en Responsabilidad Social Empresarial, dejaron sus sensaciones, aprendizajes y experiencias plasmadas en la siguiente nota para animar a cada vez más mujeres a ser parte de estos espacios de apertura laboral e independencia económica.
“Comencé sola y con pocas cosas, pero con ganas de progresar y de que se sumen los comercios locales a vender mis productos”, dijo Pamela Cárdenas sobre su emprendimiento Elito Bolis Gourmet el cual nace como una alternativa para las familias numerosas y que puedan acceder a un producto sano, natural y económico por variedades y tamaños; pero además “es otro modo de incluir y comer la fruta ya que se licua y se agrega azúcar y agua envasada invitando a todos a consumir el producto sin conservantes”. “Se llaman gourmet porque los hago con productos de calidad marcando la diferencia. También a la hora de elaborar tengo en cuenta a las personas que no pueden comer con TACC (Trigo, Avena, Cebada y Centeno) dándoles la posibilidad de que los consuman y así también participo en la categoría de Responsabilidad Social”.
“Estoy agradecida con la Cámara de Comercio porque me dieron la posibilidad de presentar por primera vez mi producto en la Fiesta de las Colectividades y de ahí comenzar mi camino emprendedor”, manifestó la finalista por la plaza Responsabilidad Social Empresarial.
Por su lado, Valeria Terazzolo, hace años que sostiene el emprendimiento “Abuela Irma”, primero vendiendo sus productos de elaboración casera de mermeladas de tomate ejemplo de un abanico amplio de variedades “la gente promueve y se maravilla por los sabores” a quienes estamos agradecimos.
Al igual que Cárdenas, Terazzolo dijo que su inscripción “Fue espontánea” y sumó que se sintió identificada porque “cuando uno comienza a emprender siempre en el camino le van pasando muchas cosas y el gran desafío que uno tiene es no rendirse, cuando leo el objetivo de este concurso me sentí identificada y me dije, vale mucho contar nuestra historia”, reflexiona sobre su espacio emprendedor y lo describe como “fascinante el mundo que se abre para las emprendedoras. Sobre todo, porque una se trabaja constantemente para poder crecer en el recorrido”. Empezó empecé en 2015 con la elaboración de mermeladas de tomate, embarazada de su primer hijo Manuel que ya tiene 9 años. Vendía sus productos en la Feria Franca hasta que “se fue abriendo el mundo de las capacitaciones para poder darle un orden a lo que estaba produciendo y así fue como hice el paso a paso para obtener el conocimiento que me permita sostener Abuela Irma en el tiempo”.
“En esta segunda apertura con más experiencia y mayor información decidimos incorporar nuevas recetas, nuevos sabores y validez a nuestro espacio. Trabajamos con mi compañero Luciano y elaboramos la mayoría del tiempo de noche para poder llenar la estantería. Siempre recordando los mejores momentos con la Abuela Irma que fue sin dudas un gran referente nuestra, más que nada por su filosofía de vida, la paciencia, la tranquilidad”. Y cierra dejando un agradecimiento especial “a toda mi familia porque hubo muchísimo de ellos en esta etapa. Estamos agradecidos siempre”.
